co-washMás  pronto escribo un post en el muro de Facebook aborreciendo a los “influencers” y queriendo ser precisamente lo contrario, y heme aquí, escribiendo un nuevo post, esta vez en mi sitio web, recomendando una técnica de lavado capilar alternativa. No hay verdad más verdadera que la que encierran los refranes. Hay uno, además del que incluyo en el título, también muy popular, que nos aconseja no decir nunca de esta agua no beberé. Yo, con este post, me estoy trincando un barreño.co-wash

Sin embargo, considero una verdadera lástima que mis lectores/as se queden sin saber cómo librarse de ese círculo vicioso en el que nos ha metido la industria de los cosméticos. ¡Y hay tantas patrañas estúpidas escritas en la Red!

ADVERTENCIA: a mí me ha funcionado este método, pero eso no significa que a este o a aquella o a ese otro de la última fila le vaya igual. Cada pelo tiene unas características particulares, pero por probar nada perdéis.

co-washHace tiempo que conozco el método “co-wash”, es decir, lavarse el pelo no con champú, sino solo con la crema suavizante. La finalidad es evitar los sulfatos y las siliconas, ingredientes que dañan el cabello y, aunque de momento parece que lo limpian y desenredan, es una ilusión pasajera. Un espejismo del que doy fe. La realidad es que el pelo te dura una tarde “limpio” y al día siguiente debes lavarlo de nuevo y echarle más porquerías (todo el arsenal de productos que han inventado para sacarte el dinero).co-wash

Yo, Desorbitada, confieso que he gastado auténticos dinerales en todo tipo de potingues para el cuidado capilar. Sí, yo también deseo lucir una estupenda melena, ¿qué pensabais? Y eso por no hablar de los múltiples tratamientos alisadores e hidratantes que me he realizado en diversas peluquerías. Vamos, que no soy tan especial a este respecto: quiero lo que todas y todos: MELENA BONITA. Ya lo dijo el gran Delibes por boca de su Azarías, ese gran santo inocente,  que interpretó para el cine el actor Paco Rabal (sí, me ha salido una bromita muy a lo “les luthiers”, pues comparto con los argentinos su pasión por los juegos de palabras).co-wash

En fin, a lo que iba, que jamás estamos contentas con el resultado de nuestros desvelos capilares. Seguimos buscando, pues, el Santo Grial de la hermosura pilosa, ese Bálsamo de Fierabrás que restituya al cabello la lozanía y el brillo de épocas muy lejanas (tan lejanas que forman parte de algún epígrafe perdido en el libro de Geografía e Historia de 4º ESO).co-wash

Harta ya de acumular potingues y de tirar mi dinero a la basura (tengo que ahorrar para un coche) me acordé de este método de lavado y decidí ponerlo en práctica. Ya lo intenté en una ocasión PERO LO HICE MAL. Porque utilicé para lavarme una de las cremas suavizantes que tenía sin percatarme que NO PUEDE LLEVAR SILICONAS. Por eso desistí en su momento. Pero esta vez lo hice correctamente. Bajé al Covirán que tengo al lado de casa y me compré el botellón verdoso de acondicionador de esa misma marca blanca por un euro y poco. Subí de nuevo y me fui directa a la bañera. Realicé el ritual tal y como mandan los cánones: peinar primero muy bien el pelo, mojarlo todo con agua, emplear una cantidad generosa de crema suavizante,  masajear, dejar actuar unos minutos y enjuagar perfectamente. co-washCuando me lo fui a secar ME QUEDÉ ATÓNITA. Tenía el pelo como cuando era chica: brillante, liso sin necesidad de alisados peluqueriles ni planchas, y suelto. ¡UNA AUTÉNTICA PASADA! No esperaba un resultado tan bueno. Ni siquiera esperaba algún resultado, os soy sincera. Tengo un gozo que no me cabe en el cuerpo. Gozo por la liberación que esto supone de las ataduras capilares. Por el dinero que me voy a ahorrar y por el tiempo que voy a dejar de pasar preocupada por el estado de mi cabellera. No quiere decir esto que no vaya a utilizar nunca más un champú: la edad me ha hecho prudente y huyo de medidas radicales. Buscaré alguno sin siliconas, sulfatos ni parabenos (ya lo he localizado en Amazon) y me lo aplicaré una vez cada…pues no sé, ¿quince días?, ya iré viendo.co-wash

¡Y YO QUE QUERÍA SER UNA ANTI-INFLUENCER! Pero luego, recapacitando, he caído en la cuenta de que influir en cierto modo para que alguien pruebe algo que puede ser positivo…NO ESTÁ MAL, ¿verdad? No es lavado de cerebro. Es lavado no ortodoxo de cabello.

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